«Amo a mi hija, pero odio ser mamá»
Hay personas para las que tener un hijo es un «paso lógico» en este mundo. Un escalón más al que se llega en un momento de la vida, ya sea porque se alcanza la estabilidad económica o simplemente porque la naturaleza lo decide. En cambio, otros consideran que la vida puede ser hermosa y plena sin que los niños estén involucrados. Como se trata de un tema con tantas opiniones divididas, las personas que no desean convertirse en padres o madres muchas veces sufren la incomprensión de los demás.
Karla Tenório, actriz, escritora y madre de una niña de diez años, causó gran polémica en 2021 después de crear el movimiento «Madre arrepentida» y revelar, por medio de un video, que ama a su hija… pero se arrepiente de la maternidad.
«Odio ser madre desde que salió la cabeza de mi hija, durante el parto. En ese momento, me pregunté si no había vuelta atrás, pero no pude», afirmó Tenório.
Sus trastornos de ansiedad posparto fueron aún más graves que la depresión, ya que su deseo de ser madre ejemplar la convirtió en una cuidadora excesiva de su hija, a pesar de que no quería. Han pasado diez años desde el nacimiento de su hija y ha decidido «salir del armario, salir como una madre arrepentida». Después de eso, se dio cuenta de que no era la única persona que experimentaba ese sentimiento.
Sentía que era la única que se arrepentía de ser madre.
En la actualidad, Tenório, de 38 años y origen brasileño, ha convertido su angustia en su movimiento de apoyo a las mujeres que se sienten como ella, pero no se atreven a reconocérselo a sí mismas por vergüenza o culpa. Además, hace una severa crítica a la noción romantizada de la maternidad.
A través de sus cuentas de Instagram (@karlatenoriome y @maearrependida_), pretende generar una comunidad de madres que, de la misma manera que ella, no son felices con sus hijos y se arrepienten de tenerlos.
Como sostiene, uno de los objetivos de su movimiento «Madera arrepentida» es erradicar la romantización de la maternidad y dar atención a lo que realmente implica ser madre, para que aquellas mujeres que aún no son madres lo piensen dos veces antes de convertirse en madres y, si lo hacen, lo hagan con plena conciencia de lo que implica.
Este movimiento contribuye a dejar atrás la idea de una maternidad ideal en la que la mujer debe ser abnegada, sumisa y olvidarse de sí misma en aras de ser «una buena madre», y despertar una reflexión sobre que la maternidad no es blanca o negra y que cada madre debe experimentarla de manera distinta.
Se puede odiar la maternidad, pero, a la vez, amar a un hijo.
La romantización de la maternidad provoca sentimientos de enojo, culpa y tristeza en las mujeres que no han podido vivir su experiencia de ser madres de la manera aceptada socialmente.
Cuando una mujer se convierte en madre, experimenta sentimientos de enojo, tristeza, depresión, y soledad cuando se arrepiente de haber sido madre. Muchas personas lo callan por miedo a ser señaladas y por culpa, lo que les impide buscar apoyo en sus seres queridos y en una psicoterapeuta, que les permita trabajar en lo que sienten y así salvaguardar su salud mental.
A través de este tipo de movimientos, por lo tanto, se puede promover la reflexión sobre que la maternidad no es perfecta y romper con la presión social ejercida sobre las madres. ¿Qué opinas tú al respecto?